Todos los días pasaba por este mismo lugar mirando al horizonte, siempre apacible y en calma a esa hora tan temprana. Ese día paré, me bajé de la bici, me encaramé al murete y miré hacia abajo: descubrí el bulle-bulle del agua en las rocas y pensé que a veces no está mal pararse a mirar lo que tienes al lado.
Hay una roca que parece el morro de un tiburón....
ResponderEliminarCierto! No me había fijado... Me encanta que veamos cosas diferentes en la misma foto!!!
ResponderEliminar