A esta madre y a sus dos hijos, les conozco desde anoche. Y esta mañana, cuando pasé por delante del Albéniz y me paré a mirarlo desde mi bici, éste ya no era el mismo cartel de cine de antes, sino una ventana desde la que me hablaban personas a las que ahora me une una buenísima historia, la de sus vidas, que yo también pude vivir de alguna forma desde mi butaca. Qué buena peli; ojalá la disfrutéis tanto como yo.
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